Reforma de la Seguridad Social ; ¿ Aumentar la edad de retiro es el problema ?

 










No puede dudarse que  existe una  correspondencia  entre los sistemas de pensiones y los mercados laborales

Actualmente se observa en casi todos los mercados laborales , una informalidad alta  lo cual provocará que los actuales trabajadores ,  cuando sean mayores caerán en la pobreza sobre todo a partir del momento que accedan a una jubilación o pensión a la vejez.. 

La informalidad, la desigualdad, el paro juvenil , el adelanto tecnológico, la robótica , la capacitación , el incremento del numero de personas mayores  y la disminución de la cantidad de jóvenes,   son parte de un gran problema que no debe dejarse a un lado en una etapa en la que todos los países se enfrentan a  posible s reformas de la seguridad social . 

En estos proyectos, se ha generalizado la idea de una  solución basada  en  el aumento de la edad de retiro, y plantean llegar a 65, 67 o hasta 70 años dado el incremento de la expectativa de vida , pero esto lleva a formularse varias preguntas . Por ejemplo , de aplicarse esta medida ¿ no se esta perjudicando el ingreso de los jóvenes a los puestos de trabajo ?, pero  al mismo tiempo  resulta imprescindible evaluar si nuestros mayores activos estarán  en condiciones de enfrentarse al reto tecnológico evidente e imprescindible para continuar en la vida activa. 

¿ Están nuestros actuales  trabajadores próximos a jubilarse en condiciones de absorber y aplicar nuevas prácticas , nuevas tecnologías que les permitan continuar en actividad   ? 

Es cierto que si esa edad de retiro aumenta, se producirá un inmediato “ respiro “ de las arcas fiscales pues disminuirán el monto de sus compromisos , pero no se aborda con la debida energía,  el problema nada improbable ,  de que esos mismos trabajadores mayores pierdan su trabajo formal por decisión empresarial y se vuelquen al mercado  informal  mientras esperan  a que les llegue la edad requerida para iniciar su tramite jubilatorio . En consecuencia ,  también  tenemos un posible efecto basado en la disminución de  su nivel de productividad en especial  , en comparación con la que poseen las  nuevas generaciones, que  los exponga a la precariedad , afectando su historia laboral a través de la informalidad o la reducción salarial. 

Actualmente, el mercado del trabajo ha sufrido cambios de magnitud, y lo que hasta hace poco era casi imposible, actualmente y luego de la pandemia, se ha vuelto realidad, y pongo el ejemplo del trabajo a distancia. En efecto , cada vez mas, aumenta la  demanda  de  trabajadores residentes en un país, para trabajar en remoto  para una empresa situada en otro,  lo que  requiere conocimientos que lamentablemente no tienen nuestros mayores , pero cuidado que también parte de los actuales  jóvenes carecen del mismo ,  por lo que puede que la realidad determine nuevas y más profundas brechas salariales 

De resolverse un aumento de la edad de retiro en el marco de las  reformas previsionales  , cabría esperar el incremento de la oferta de mano de obra la que si no se acompaña de un incremento en la demanda de trabajo, es de esperar un mayor nivel de desempleo y un ajuste a la baja en salarios, en un escenario donde el trabajador deberá competir con el proceso de automatización tanto para obtener, como para conservar su empleo. 

Para el escenario uruguayo puede que tengamos una realidad mejor en el marco de las retribuciones personales si se compara con otros países  en la medida que la tasa de crecimiento de nuestros jóvenes es en algunos casos sensiblemente menor , lo que implica disminución de la oferta laboral en un sector que se va a caracterizar por el aumento de la tecnología. De todas formas no puede negarse la otra consecuencia y es que serán menos quienes financien el pago de las futuras pasividades. 

Mientras tanto, algunos expertos, concluyen que para que el incremento de la edad jubilatoria logre los objetivos deseados debe estar acompañado de políticas de empleo para la reconversión de los trabajadores más añosos. 

De estas observaciones puede deducirse que no hay una solución universal y que deben primar siempre las condiciones de cada país pero, lo que se decida, debe apuntar a combatir el desempleo, la precarización y los estereotipos sobre el envejecimiento, entre otros tantos o mas objetivos. Para ello es imprescindible que en los estudios intervengan  todos los sectores de la sociedad.

Cr. Manuel Varela.


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