“Resulta que ahora, dicen los titulares, hemos descubierto gracias al coronavirus que el ser humano solo puede sobrevivir gracias a la ayuda colectiva.
Pero yo me pregunto, ¿lo descubrimos con la pandemia del sida en los años 80 y 90? Pues ya os digo yo que no, porque eso era cosa de maricones, de putas y drogadictos. ¿Aprendimos algo con la epidemia de Ébola en 2016? Qué va, eso era para negros y para los que se metían en países que no debían. ¿Salimos a los balcones a aplaudir por los afectados de la crisis económica de 2008? ¿Para qué? Eso era asunto de pobres. No nos engañemos, hemos descubierto la colectividad solo porque esta enfermedad ha golpeado de lleno a la crème de la crème de Occidente -todo eran risas cuando causaba estragos en China, ¿verdad?-. Y, precisamente, por la democratización del virus hemos visto como cae el rico, el blanco, el hetero y el de la derechita cobarde. Así que, de pronto, nos hemos visto amenazados y, de forma automática, se han puesto en marcha todos los mecanismos para salvaguardarnos. Así que hemos descubierto esa supuesta colectividad solo porque somos una enorme cabeza neoliberal que se mueve al unísono y, si se toca uno de sus componentes, se derrumba la pirámide entera. No, hijos míos, esto no es solidaridad colectiva. Es miedo. Sí, la verdad sea dicha: nos hemos unido porque estamos cagados. Porque con esto no solo pueden morir negros, maricones, inmigrantes o pobres. Y porque, en realidad, nunca pensábamos que esto nos tocaría a nosotros, punta de la pirámide del privilegio. Hemos creado esta cadena de unión internacional porque encima de todo no hay ningún colectivo al que culpabilizar y, ante la falta de cabezas de turco, nos hacemos arrumacos psicológicos y nos consolarnos unos a otros con resignación sinpoder echar mierda por la boca. Lo único que me gustaría es que esta crisis nos sirva para hacernos reflexionar, y no solo para montar festivales musicales en los balcones, tan necesarios para no darnos tiempo a pensar. Si esto puede servir para algo, que sea para que, cuando salgamos de esta, dejemos de hacer burda ostentación de nuestros privilegios occidentales y miremos un poquito más hacia los márgenes. Nos hemos unido porque estamos cagados”.
https://insurgente.org/ramon-barea-nos-hemos-unido-porque-estamos-cagdos/
El actor Ramón Barea nació, en el año 1949, en Bilbao, en el País Vasco. Es también director y dramaturgo.
Se trata de un actor con una amplia trayectoria profesional en todos los medios, tanto en la televisión como en el teatro y en el cine.
En teatro, no sólo ha participado en una gran cantidad de montajes como actor, sino que también ha escrito y dirigido algunas obras. Incluso fundó dos compañías: “Cómicos de la legua”, ésta
con sólo 19 años, y “Karraka” en 1980.
Le hemos visto actuando en los escenarios en obras como “Luces de bohemia”, “Morir cuerdo, vivir loco”, “El chico de la última fila” o “Cartas de amor a Stalin”. En cuanto a los espectáculos escritos y dirigidos por él, podemos citar algunos como “Bilbao, Bilbao”, “Palabrarismos”, “Alias Molier”, “Okupado” o “Euskadi, Euskadi”. Ha dirigido también obras de autores como Agatha Christie, con su prestigioso montaje de “La ratonera”.
En el cine tiene una extensísima filmografía. Empezó en el año 1981, de la mano del director Imanol Uribe, que le ofreció un papel en su película La fuga de Segovia. Más tarde volvería a trabajar con él en “La muerte de Mikel”, “Adiós pequeña” o El rey pasmado.
Ramón ha trabajado con los mejores directores del panorama cinematográfico español, como Miguel Bardem en “La madre” o “La mujer más fea del mundo”, Álex de la Iglesia en “Mirindas asesinas”, “Acción mutante”, “Muertos de risa”, “La comunidad” o “800 balas”, Juanma Bajo Ulloa en “La madre muerta” o “Airbag” o Gracia Querejeta en “Cuando vuelvas a mi lado” o “Siete mesas (de billar francés)”.
La mayor parte de largometrajes en los que ha intervenido son cintas de calidad, de las más destacables de nuestro cine. Aún constan muchos más títulos en su filmografía, imposible de enumerar aquí. A modo de ejemplo destacaremos algunos como “Golfo de Vizcaya”, “Bandera negra”, “27 horas”, “Vacas”, “Los peores años de nuestra vida”, “Justino, un asesino de la tercera edad”, “La buena vida” o “Silencio roto”.
Ha realizado y dirigido películas, como “Pecata minuta” o “El coche de pedales”, esta última protagonizada por Álex Angulo, así como los cortometrajes “Adiós Toby Adiós” y “Muerto de amor”.
También ha realizado diferentes documentales basados en artes escénicas, y tiene una productora independiente, llamada “Maki escénica y audiovisual”.
En cuanto a la televisión, ha participado en una gran cantidad de series, entre las que podemos citar algunas como “Periodistas”, “Compañeros”, “Cuéntame cómo pasó”, “Policías, en el corazón
de la calle”, “Hospital Central”, “El comisario”, “Génesis, en la mente del asesino” o “Los misterios de Laura”.
En el año 2006 protagonizó el telefilm para televisión dirigido por Álex de la Iglesia “Películas para no dormir: La habitación del niño”.
El actor ha conseguido considerables premios y nominaciones a lo largo de su trayectoria profesional, entre los que sobresalen el Premio del Festival du Cinéma Espagnol de Toulouse Midi-
Pyrénées por “El coche de pedales”, cinta dirigida por él, el Premio Ercilla de teatro al mejor director o el Premio de la Unión de Actores del País Vasco.
Interesante nota. Siempre se aprende algo.
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